Sissi de Baviera – Una lectura sobre la anorexia


“Su vida es un no vivir... En sus secretos ella agoniza..”
Constantin-Christomanos (sobre Elizabeth Hasbourg Emperatriz de Baviera)


Autor: Lic. Verónica Icasuriaga
Actualizado el 9 de noviembre de 2008

Ludovica, la madre de Sissi, es una de las nueve princesas de la Casa Real de Baviera.

A la edad de casarse determina desclasarse socialmente al desposar a su primo Max, que proviene de la rama menor de la Casa Real.

La pareja por su rango no cumple ninguna función en la corte de Munich.

Max le advierte de antemano a Ludovica que no esta enamorado de ella y su casamiento no alterarán en nada sus vínculos con mujeres burguesas, con las cuales parece haber tenido varios hijos.

Elizabeth de Hasburgo es la tercera hija de este matrimonio concebida entre viaje y viaje de su padre.

Según cuenta la leyenda, de niña lo acompañaba en sus correrías por el campo y a visitar a las amantes que tenia en el lugar.

Max vive como se le da la gana y no se opone a que sus hijos lo imiten en su actitud si lo desean.

Ludovica intentara brindarle a su hija una educación aristocrática, sobre todo por seguir los consejos de su hermana mayor Sofía, ante quien tendrá una actitud de servilismo por estar socialmente mas favorecida.

A los 15 años, Elizabeth de Hasburgo a quien su padre llamaba Sissi era famosa por su belleza.

Sofía de Baviera, tía de la joven y la dominante madre del Emperador austriaco Francisco José, quería que su hijo de 22 años eligiera como esposa a Helena, hermano mayor de Sissi.

Sin embargo el Emperador se enamora a primera vista de la hermana menor sorprendiendo inclusive a la misma Sissi.

La pareja se casa a la luz de 1500 velas.

Llega a Viena navegando el río Danubio en un barco tapizado de rosas.

Sissí y Francisco entran al palacio imperial de Laxenburg en una carroza bañada en oro , arrastrada por caballos blancos.

El protocolo y el ceremonial, simbólica expresión de la majestuosidad imperial están muy vigentes.

Para Francisco José educado por Sofía, la rigidez del protocolo es su segunda naturaleza, indispensable para la manifestación de su poder.

Para Sissi a quien nada de esto le fue explicado significa un verdadero asesinato a la personalidad.

En todo este compromiso y casamiento de su hija, Max, es soberbiamente ignorado tanto por su mujer como por su cuñada Sofía.

Ni siquiera pudo dar su consentimiento pues quien debía otorgarlo era el Rey Maximiliano II de Baviera.

Negado en tanto hombre y padre, por su mujer, además de ser inexistente por su razón social, luego de la partida de Sissi se olvidará de ella.

El padre en tanto tragado/deborado deja un “pase libre” para el establecimiento de una relación mortífera entre madre e hija.

Ludovica no hace caso, ni a la palabra ni a la autoridad del padre, padre que es reducido a la inexistencia simbólica de su función.

Para esta madre el hombre no cuenta, fracasada sentimental y socialmente.

La madre ubica a la hija como un objeto de goce, por su particular posicionamiento no puede ubicarla en la ruta del deseo.

La clínica con anoréxicas muestra que entre madre e hija generalmente faltan palabras, que la madre no ha renunciado aún a su posición de hija, es decir a la presencia del Otro primordial.

Otro primordial que para Ludovica ocupaba Sofía.

Sissi esta enfrentada a un Otro, con el cual establece un vinculo de “quedar a merced”.

A lo 15 años entra en el mundo de la mascarada, mundo en el que el deseo individual es aplastado en beneficio de la función.

Su vida esta marcada desde su más tierna infancia por una relación con la muerte, característica de su época.

La convicción de que la muerte es parte de la vida es ampliamente compartida por los austriacos.

En la atmósfera de lenta decadencia que concluirá con la disolución del Imperio, la muerte aparecerá como una promesa de liberación.

Sissi escribirá en su diario “la idea de la muerte, purifica y hace oficio de jardinero, el jardinero que arranca la mala hierba de su jardín, pero ese jardinero quiere estar siempre solo y se enoja si los curiosos miran por encima del muro. Así yo escondo la figura detrás de mi sombrilla, para que la idea de la muerte pueda entretenerme apaciblemente.”

Es la testigo muriente del fracaso del deseo del Otro.

Constituye una constante que el decir y el actuar ubiquen a la muerte como el significante que posibilita articular, interrogarse acerca de su ser “ ¿Necesito morir para saber quién soy?”

Cuanto mas acérrima sea la ignorancia en juego en la respuesta del Otro ante la demanda del sujeto, mas se suma este a la idea de la muerte.

Lacan en “Intervenciones y textos” dice: “Así el fantasma de su propia muerte es el primer objeto que el sujeto tiene para poner en juego en esta dialéctica y en efecto lo hace, como sabemos, la anorexia mental”

Ser en la nada: ser en la muerte: Trágica respuesta del sujeto a la ignorancia del Otro acerca de su ser.

La obra de Sofía es la educación de Francisco José y la influencia que mantiene sobre él.

Sissi percibe el mundo de Sofía como un mundo material de obligaciones, deberes en el que la dimensión del deseo esta radicalmente excluida.

Tendrá un marido consagrado neuróticamente a un trabajo compulsivo y a la etiqueta tras la que se borra toda clase de espontaneidad, todo tipo de vida personal, pues lo que se trata es de parecer y no de ser.

A la edad de 15 años dejara de ser Sissi de Baviera para ser “La Emperatriz”, el deseo del sujeto aniquilado, para ser objeto del lugar que le asignen.

El sujeto desaparece como tal, para el Otro queda obturada su pregunta, no tiene idea de quien es.

El día de la Emperatriz estaba totalmente programado, toma clases de danzas, de idiomas, de arte, etc.

Peinarse le llevaba tres horas por día y vestirse otras tres.

Anotaba su altura, su peso y el ancho de su cintura diariamente.

Pablo Kovalosky en el articulo “Anorexia y Femineidad” dice que la anorexia tiene algo de Emperatriz, son alumnas brillantes, escritoras destacadas, etc. No podría decirse de ellas que hay pobreza simbólica, sin embargo en lo mas desanudado de su estructuras son anoréxicas.

Sissi clama por un menos del Otro, excluye al Otro sosteniendo estar llena.

El deseo de nada es la solución que la anorexia encuentra del lado del ser: fabricarse un ser con la nada, dando así testimonio de su padecimiento psíquico.

Siempre estará en presencia de sus damas de honor elegidas por Sofía, pero no debía tener ninguna relación personal con ellas.

Su obligación era de mostrarse públicamente todos los días, en especial cuando esta embarazada.

Esa mirada de los demás constituye su prisión.

El ser mirada por otros hace signo bajo la mirada del gran Otro, que reaparece en el peinado, la ropa, etc.

Ofrecimiento como objeto a la mirada, el cuerpo simbólico comprometido por significantes, ofrece una respuesta real de goce.

El Emperador ni siquiera sospecha que su esposa pueda tener algún deseo o incluso necesidades propias.

Lo que la Emperatriz quiere no lo podría conseguir ni de Francisco José, ni de los objetos de sus sucesivas pasiones.

Mal podría Sissi enhebrar su deseo, si no ve aparecer el deseo del Otro.

Ella es objeto de la demanda feroz y superyoica del Otro.

El encierro forma parte de su condición misma y tiene la particularidad de consistir en no estar nunca sola, debe mantener la autoridad sobre los demás.

Lo mas importante es no perjudicar el prestigio de la Emperatriz.

Sissi tendrá 2 hijas.

Sofia, su hija mayor, (en la elección de este nombre, la opinión de la madre no fue tomada en cuenta) y Gissela.

Inmediatamente después de nacidas ambas fueron separadas de la madre y eran educadas bajo el control de Sofía, su suegra y tía. Ella luchará desesperadamente contra esta situación y finalmente logra que sus hijas la acompañen durante el primer viaje oficial de la Emperatriz a Hungría.

Sofía que tenia 2 años y medio muere a los pocos días.

El comportamiento anoréxico de Sissi se agrava después de la muerte de la pequeña.

Su tercer hijo será Rodolfo concebido durante el periodo de duelo.

Comenzó a ayunar durante días, montaba a caballo hasta diez horas diarias. Recorría a pie cinco kilómetros por día a paso militar y no acostumbraba sentarse.

La anorexia queda toda ella como objeto en el fantasma del Otro, la desaparición es el intento fallido de inscribir la falta.

Si desaparezco no soy su objeto.

Goce del Otro y pulsión de muerte, coincidencia fatal de un deseo que desborda los limites de la vida en la que el sujeto se debate en el intento de sostener su ser.

En Hungría estuvo a gusto, encuentra allí por primera vez un pueblo que comparte sus sentimientos de injusticia, valora su rebelión frente a Sofía y aprecia su modo de conducirse como Emperatriz.

En Hungría es la representante del Emperador y tal vez tenga la ilusión de ser un sujeto.

El fallecimiento de su hija ligara para toda la vida a Sissi con Hungría.

Este pueblo se convierte en su otro yo, el instrumento provocador de su emancipación.

Decide ir mas allá de su suegra, aprende húngaro y elige por primera vez una dama de compañía que será de origen húngaro.

A fines de 1866 había transformado su entorno vienes en un entorno húngaro.

La consagración política vendrá pro añadidura.

En 1867 Francisco José firma un acuerdo y Hungría vuelve a ser un reino independiente.

Sissi pudo hacer por Hungría lo que no pudo hacer por ella misma, encontrar lo que es su deseo.

En estos años decide coleccionar fotografías de las mujeres mas bellas del mundo, movilizando a todos los embajadores del imperio a buscarlas.

Lacan en la “Ética del Psicoanálisis” dice: “ La verdadera barrera que detiene al sujeto ante el campo innombrable del deseo, ante la destrucción absoluta ……....radica estrictamente en el fenómeno estético, en la medida en que es identificable con la experiencia de lo bello.”

Lo bello recubre aquello mas horroroso para el hombre.

El efecto de lo bello resulta de la relación del sujeto con el límite, limite entre la vida y la muerte.

La búsqueda de la belleza de Sissi, dentro de su dolorosa existencia pareciera ser “una barrera ante la destrucción absoluta” citando el párrafo de Lacan.

De sus dos hijos, Gisela y Rodolfo solo pudo dominar la situación de que Sofía se los quitara, abandonándolos a su vez.

Será en Hungría donde nazca su última hija Maria Valeria.

Pero la presencia de esta niña será solo física para la Emperatriz, Maria Valeria luego de casada, dirá de su madre: “Según ella no hay acción mas noble que la de matar a cada recién nacido”

En 1889 cuando su hijo Rodolfo, el príncipe heredero, se suicidó en Mayerling junto a su amante; Sissi repartió sus joyas y eligió vestirse siempre de negro.

Los diarios publicaban que la Emperatriz había enloquecido.

Sissi había soñado morir desde su mas temprana adolescencia cuando escribió:
“Me escapare como el humo por una pequeña abertura en el corazón”

Este anhelo de muerte llegara una cálida mañana de septiembre de 1898, cuando en el embarcadero de Ginebra, sea asesinada por el anarquista Luigi Luchen, quien le clavo un estilete en el corazón.

Cuenta la historia que Sissi fue muriendo lentamente.

Sin darse cuenta, esa fría mañana de septiembre, Luchen cumplía el deseo de la Emperatriz.

Muchas gracias



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